A lo largo de los años Alberto Montero nos ha acostumbrado a discos delicados, con mucha narrativa, a veces introspectivos, otras veces más ficcionados. A veces tangibles, otras veces nos acerca a páramos irreales. Pero si algo hemos aprendido a través de su trayectoria, es que Alberto Montero se mueve con sigilo y elegancia entre las canciones, como si estuviera elaborando un diario de viaje, una antología de emociones, donde cada disco supone una nueva mirada a la realidad y a su entorno más inmediato, pero también a todo aquello que se escapa a nuestro poder de decisión.
Y así llega El Desencanto, un disco originado como un desahogo en el que Alberto Montero se muestra más crudo y más directo que nunca. Durante el periodo de composición de nuevas canciones, Alberto Montero se ha visto influenciado por las redes sociales, el bombardeo de información y al desprecio que estas provocan, por la emergencia climática, por una sociedad injusta cada vez más impregnada de discursos de odio, por la precariedad y las desigualdades sociales, por la ansiedad y la depresión y por el horizonte oscuro que dejamos de herencia a todos los que vienen después.
El Desencanto habla, inevitablemente, de todo eso. Habla de la difícil tarea de buscar un lugar para vivir. Habla de la decepción, de la tristeza, del pánico. De lo difícil que es nadar contracorriente o enfrentarse a fuerzas mucho mayores que tú. Pero también abre la puerta a la esperanza. Habla de que nada es definitivo, de que no podemos cometer los mismos errores. De abrazar el bosque que creció en tu niñez. De enderezar la espalda y caminar sin temor. De que hay que luchar para derribar este mal. Y de que hay cosas tan hermosas en la vida como vencer a la oscuridad junto a tu hija pequeña.
Sin duda, El Desencanto encarna una continuación de la estética musical que Alberto Montero presentaba en anteriores discos, como en Arco Mediterráneo (2015) o Puerto Príncipe (2013). Pero aún siendo una continuación, no se puede obviar que estamos ante el disco más pop de los que ha lanzado hasta el momento. Un disco que cuenta historias cercanas a todos nosotros, de aquellas que interiorizas y que calan. Eso sí, esta vez vamos a encontrar una faceta mucho más tajante de Alberto Montero, una versión más sincera y más expuesta si cabe. Otra joya más para su colección de discos.